No, que no. Yo no pido flores en los aniversarios ni chocolates cuando lo dicte el calendario. No pido velas en febrero ni perfumes caros. No pido pétalos en la cama ni botellas de champán en hoteles de lujo. No pido fotografías enmarcadas en oro ni canciones de amor dedicadas. No pido etiquetas ni mucho menos cuentas. No pido las explicaciones que no quieras dar ni pido ser un río en tu mar. No pido que pagues mis facturas ni mis platos rotos. No pido brillantes ni papeles, alianzas o protocolos. No pido serenatas bajo mi ventana ni declaraciones a coro. No pido que me bailes siempre el agua ni que me salves de mis ahogos. No pido que nunca me falles ni tampoco pido que siempre estés. Yo no te pido el firmamento ni quiero ninguna estrella bautizada a mis pies.
No, que no. Yo te pido lo que nadie más ve.
Pido tus errores, tus caprichos y tus andares. Pido tus ronquidos de madrugada y tus malos despertares. Pido tus miedos y tus dudas, pido tus noches a oscuras. Pido las lágrimas que no derramas y las emociones que te tragas. Pido los secretos que guardas y las palabras que de mí no hablan. Pido conocer tus heridas, tus traumas, pido cuidarte el alma.
Pido tu orgullo y tus inseguridades, pido tus lazos rotos, pido todas tus mentiras y verdades. Pido tu orden y tus descuidos. Pido momentos reales, memorias conjuntas, palabras a media tarde. Pido tu veneno y tu fe. Pido tus besos en la comisura de los labios y el baile torpe de nuestros pies. Pido tus juegos y tu niñez. Pido tu inmadurez. Pido tu esfuerzo y tu apatía. Pido tu indiferencia y tus ganas por conocer.
Pido tus burlas y tus imitaciones. Pido tus recomendaciones y tus muchas lecciones. Pido tu ironía y tu agilidad mental. Pido tu terquedad. Pido tus correcciones gratuitas y tus temores al qué dirán, creerán, pensarán… Pido tu ambición y tu responsabilidad. Pido tus grietas y tu inmensidad. Pido tu superstición y tu religiosidad.
Pido tus pasiones y tus anhelos. Pido tus teorías, murmullos y silencios. Pido el optimismo de tu risa y la sensatez de tus ojos. Pido tus vicios más sucios y tus sueños más locos. Pido tu incomprensión y sinsentido. Pido tus dedos torcidos trenzados con los míos. Pido tus malos ratos, tus molestias y tus cabreos.
Pido tu calma y tu impuntualidad. Pido tus respuestas tardías y tu forma de conversar. Pido tus perdones y tus gracias. Pido tu calentura y tu frialdad. Pido tu cobardía y tus promesas rotas. Pido lo que nunca le diste a otras.
Pido tu furia y tus engaños. Pido la suavidad de tus manos. Pido el mes de julio y vacaciones a tu lado. Pido tus días más buenos y también los más malos. Pido tu atención y tus huidas. Pido tu presente mejor soñado.
No, que no… Yo no te pido la luna, sólo te pido tu yo más humano.
Muy bonito como siempre, no lo esperaba pero lo anhelaba. Tu sigue
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias!! 🙂
Me gustaMe gusta
Oye me te felicito muy bueno , me gusta tu punto de vista tan humana . tienes mentalidad de filósofa .
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas gracias por tu comentario!! Saludos! 🙂
Me gustaMe gusta
Hermoso escribes simplemente hermoso me encanto mijita
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias, Bárbara!! Abrazo! 🙂
Me gustaMe gusta
Amar equivale a esclavitud; es someterse, muchas veces, a los peores tormentos, por personas que no nos corresponden ni les correspondemos. Pero ¿qué diablos? Qué texto tan bonito, Cristina. Me adhiero a tu lista de seguidores; y te dejo mi bitácora, por si te interesa.
http://www.ourgodsaredead.wordpress.com
Me gustaMe gusta
Muchísimas gracias por tu comentario, muy bonitas y ciertas palabras! Y mil gracias también por seguirme, encantada me doy una vuelta por tu mundo! Saludos! 🙂
Me gustaMe gusta