Loca, quizá. O demasiado cuerda. Confusa. Hoy, y ayer, y quizá también mañana. Porque nada cambia y todo cambia. Primero yo. Un segundo basta para la risa, para la lágrima. Y la rueda gira y me atrapa, no salta, o sí. Me oprime mientras me libera.
Sola, casi sin aire y con demasiadas preguntas retumbando en mi cabeza, siempre a punto de estallar, del negro al blanco. Al vacío. Y otra vez, al color. Rosas y amarillos. Sin sueño, con ellos. Amante del insomnio, tan invencible. Mala perdedora aunque por una vez me gustaría dejarme ganar. Arrojar el orgullo, matar esa rebeldía contenida, esas ganas de gritar, de odiar, de vomitar.
Delirios, mareos. Hoy que no fluye el alcohol por mis venas me siento tan ebria… De sensaciones, de recuerdos, de nostalgias. Ebria de ti y de lo que me provocas. Tú, que eres tan humano en tus defectos y sin embargo te apareces tan irreal en mi memoria… Irreal y bello como aquellos paisajes franceses. Tú, que me salvas siempre de las borrascas que me invaden, que me provocas. Tú, que abres todas las compuertas de mi intimidad hasta quedar en carne viva. Tú, que me das las ganas y las desganas de amar, de pelear. Tú, que vuelas libre y me abandonas, que regresas, que anidas, que vienes y que vas.
Me arde esta noche el alma aunque ya no sé si de rabia o de amor. A veces es todo lo mismo… Un círculo vicioso, demente, obsesivo, impaciente y eterno. Un laberinto sin salida de emergencia que se enreda sin tregua. Igual que esta noche de locos silencios que primero piden perdón y después ruegan clemencia
Muy bonito, no se si es real, o irreal, de todas formas precioso
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🙂 muchas gracias!!
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Me gusta!!!
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Gracias!!! 😀
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