Vacío gris

Hoy es uno de esos días nublados en el cielo y en el alma. De esos días tontos en los que no pasa nada, o en los que pasa demasiado. La atmósfera se vuelve densa, cortante, asfixiante. A veces parece que ni aire tenemos, o que lo gastamos inútilmente diluyendo las esperanzas en un goteo mezquino y cruel. A lo mejor es que nos gusta estar vacíos. Vacíos de(l) todo. O quizá es que nos da miedo llenarnos de tanto y de verdad. Y así vivimos, irremediablemente confusos, esperando.

Esperando un mensaje y un abrazo. Esperando que la vida nos sonría así porque sí, que los problemas pasen, que los conflictos desaparezcan, que no nos toquen demasiado la moral. Dejamos de ser valientes para no salir nuevamente escaldados. Como si por ver el agua correr fuera suficiente para no salpicarnos más. Nos protegemos en exceso, nos amurallamos atemorizados dejando los demonios afuera, ahuyentando a esos fantasmas del pasado. Y no nos damos cuenta de que en nuestro claustro también encerramos la risa y la pasión. Qué pena creer que sin implicación, sin ganas, sin motivación y sin la búsqueda misma podremos llegar a rozar algo de esa felicidad que decimos anhelar y que tanto necesitamos.

col_16495El aburrimiento nos abruma, el cansancio nos derrota, la emoción nos mancilla. Hastiados, enmarañados y melancólicos arrastramos los pies sin rumbo fijo. Apostamos nuestro bienestar a lo efímero, a lo material y a lo ajeno. Cedemos nuestras alegrías sin miramientos, se las delegamos a los demás. Quebramos la libertad de nuestros años por no hacer daño o por temor al qué dirán, ralentizando nuestras alas en un peligroso juego de responsabilidad. Y cuando todo eso nos falla, cuando aquellos a los que les otorgamos tanto poder vital no son lo que esperamos ni actúan como pretendemos, entonces, ¿qué? De vuelta al vacío, al sinsentido, al dolor y a la soledad. Perdemos nuestra propia batalla aunque creamos sentirnos más protegidos en la trinchera del yo cuando en realidad así lo único que ganamos es rabia, impotencia, frustración y rencor.

No llegó ese mensaje, nadie nos dio ese abrazo.

Pero seguiremos esperando. Qué gran error.

 

Autor: Cristina CG

(De)formación periodista, me cubro y descubro según las circunstancias. Acumulo vivencias y archivo recuerdos. Tropiezo, caigo, escribo y me levanto. CRISTINA CG.

2 opiniones en “Vacío gris”

  1. Te deseaba volver a leer, y lo he hecho tres veces seguidas. Hoy tus letras van por un camino diferente, más melancolico , pero muy hermoso y me ha quedado como un “algo” interior.mama

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