Ir al contenido

CAFETERA Y MANTA

"Mi psicoanalista es mi máquina de escribir." Ernest Hemingway.

CAFETERA Y MANTA

Etiqueta: diálogo

Y ahora, ¿qué?

Son días convulsos los que estamos viviendo. Días en los que el temor, la rabia, la tristeza, el desconcierto y la provocación se han adueñado de nuestra rutina. Días que para algunos son de revolución, de garra, de ímpetu, de puño en alto y resistencia. Y que para otros son de prudencia, incerteza, desasosiego y reflexión. Pero en cualquier caso, creo que no son días buenos para casi nadie.

Las redes sociales se han convertido en un hervidero de noticias, de imágenes, de vídeos, de arengas, de bulos, de alarmismo y de insultos. Corren whatsapps como la pólvora difundiendo discursitos en tonos diversos, instando a tensar más la cuerda cuando lo que tenemos que hacer es rebajar la tensión y, por Dios, dialogar con voluntad. Porque me da mucha pena lo que está pasando en estos últimos días. Pena de ver a esta sociedad catalana, que el President Puigdemont se empeña en unificar bajo su abanico independentista, tan rota en dos. Tan sí o no, tan y tú de quién eres, tan llena de prejuicios, de etiquetas y de idioteces. Es cierto que siempre hemos sido un poco así, que la política aquí siempre ha ido acompañada de ese qué te tira más ¿lo catalán o lo español? De cierto recelo incluso. Pero es que lo de ahora asfixia el ambiente.

catalunya-españa-qui-guanya

Llevo días escuchando, leyendo, rebatiendo… Y me muevo entre la rabia de hablar y de callar, entre la confusión que genera el exceso de información (a veces también falsa), entre la disyuntiva de mantener la compostura o estallar. Estoy cansada. De que intenten convencerme y de tener que justificarme. Es que yo no me quiero ir, ¿saben? Yo no quiero irme de mis raíces, de mi historia, de mi cultura ni de mis sentimientos. No quiero pensar en mi país como una extranjera ni mucho menos me quiero sentir como tal. No de esta manera, no así, sin garantías de nada, sin saber siquiera adónde vamos. Llevamos años escuchando que una república independiente catalana será la solución a nuestros problemas, que dejaremos la España rancia y pepera atrás para convertirnos “en la Dinamarca del Mediterráneo”, como dicen ilusoriamente nuestros políticos catalanes. Pero sinceramente tengo más claro el concepto de república independiente de Ikea por sus anuncios televisivos que el de Catalunya, porque todavía NADIE nos ha explicado cómo será ni cómo se gestionará.

Se llenan la boca hablando de todo lo que hace mal el Estado, desde la corrupción a manos llenas hasta la violencia policial de estos últimos días, por no extenderme demasiado. Y estoy de acuerdo como la que más en condenar todo eso y en poner los medios suficientes para que no se repita, pero es que miserias hay en todas partes y trapos sucios en cada casa. Que aquí en Catalunya el clan Pujol y compañía nos han estado robando durante años, pero claro eran otros tiempos y había otros intereses políticos. ¡Ay, el molt honorable! Todos bien callados, una élite catalana ejemplar. Qué cierto es eso de que vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro, y cuánta falta nos hace a todos un poquito de introspección.

Pero bueno, ya hemos llegado hasta aquí. Y ahora, ¿qué? ¿Una DUI (declaración unilateral de independencia) es la solución? ¿De verdad? ¿Con qué respaldo? Es que ni el de, por lo menos, la mitad de los catalanes. ¿Que somos silenciosos? Puede que sí. No solemos ir a las manifestaciones ni tampoco a votar en elecciones de chocolate, como dice un buen amigo. No, no hacemos tanto ruido con las cacerolas ni con los cláxones por las noches, y solemos alejarnos de cualquier resistencia por “pacífica” que sea, pero también existimos y no queremos que se nos menosprecie ni aquí ni allí. Somos esos catalanes que apelamos al diálogo más que nunca mientras asistimos atónitos al declive de la razón, del respeto y de la sensatez. Somos los catalanes que a lo mejor ahora decimos ¡basta! porque ya estamos profundamente cansados de tantos dimes y diretes y de tanto jugar al orgullo. Dejen de mirarse a ver quién la tiene más larga, y por favor pónganse a trabajar en una solución legítima, responsable, pactada y sobre todo, respaldada por el pueblo catalán. Sí, el pueblo catalán que somos todos, no lo olviden.

 

 

 

Si te gusta, compártelo:

  • Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para enviar por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...
Autor Cristina CGPublicado el 5 octubre, 2017Categorías CappuccinoEtiquetas cataluña,catalunya,diálogo,españa,futuro,incertidumbre,independencia,independentismo,mediación,opinión,política,unidad1 comentario en Y ahora, ¿qué?

Carta de una catalana no independentista

Llevaba dos semanas de vacaciones con todo lo que ello implica: la máxima desconexión posible. Pero ahora apenas estoy llegando a Barcelona cuando unos y otros me ponen al día de lo ocurrido en mi ausencia. Como digo, desde la distancia no he estado encima de la noticia al minuto así que probablemente habrá matices que se me estén pasando por alto, pero creo que lo más importante no viene de ahora, sino que lo de ahora es una consecuencia que viene de años atrás. Por eso les escribo esta carta, señores del gobierno, de ambos gobiernos.

Por favor, dialoguen. Hagan eso que hace ya demasiado tiempo tenían que haber hecho. Siéntense a la mesa con voluntad real de escuchar, de debatir, de proponer y de ceder también. Háganlo por ese pueblo al que dicen representar, los dos, y que cada vez está más crispado y más tristemente enfrentado.

Señor Rajoy, soy catalana y no soy independentista, pero ni usted ni su gobierno están haciendo nada por mí, al contrario, me están abocando a una situación a la que no quiero de ninguna manera llegar, y como yo muchas otras personas que actualmente nos sentimos en tierra de nadie. Con su despliegue de fuerza están levantando a la ciudadanía, incluso a la que se mantenía ajena a todo esto, en un clamor (diría a veces que también orquestado) que ya traspasa fronteras. A mí no me gusta la convocatoria del referéndum, considero que, de hacerse, debería ser de forma pactada, legal, bajo el amparo de la Constitución y sin esta confrontación de poder(es). ¿Que la ley actual no lo permite? Pues que se cambien las leyes, que para algo tenemos capacidad de reacción cuando nos interesa.

hqdefaultPero a lo hecho pecho, y a lo no hecho hasta ahora pecho también, qué remedio, así estamos. Y llegados a este punto, ¿no creen ustedes, señores de ambos gobiernos, que se podrían hacer las cosas de otra manera? ¿O es que ya de perdidos al río? Porque eso es lo que me parece. Entiendo que permitir ahora la celebración de este referéndum parido en la ilegalidad y la desobediencia sería recular ante todo lo que se ha venido negando y prohibiendo durante no meses sino años (empezando por el rechazo al Estatut, al pacto fiscal y a cualquier otra petición hecha desde Catalunya). Porque si digo que no, es que no, ¿verdad señor Rajoy? Y también entiendo que dar marcha atrás al 1-O después de ilusionar al pueblo con que el sueño independentista puede ser real y de venderle que la solución a todos los males de Catalunya pasa por su salida de España es sumamente complicado. Engañar a tus votantes no cumpliendo con el discurso emocional (porque del electoral nadie se acuerda) que día tras día les hemos inculcado tampoco parece viable. Porque si digo que sí es que sí, ¿verdad señor Puigdemont? Pues déjenme que les diga que ninguno es mejor que el otro, porque ambos están en la misma situación: anclados a sus palabras, con el orgullo por bandera, huyendo hacia adelante y dispuestos a morir o a matar con las botas puestas. Pero de verdad, piénsenlo con fría responsabilidad, que para algo son ustedes políticos.

No me gustan los discursos que se manipulan ni de un lado ni del otro, ni tampoco los bulos que se generan, las declaraciones fuera de tono de algunos políticos ni las arengas que encienden aún más los ánimos. Tampoco me gusta que se nos englobe a todos en un mismo saco, ni santos ni pecadores, ni tan buenos ni tan malos. Llamar al orden, regañar, detener, impedir o precintar está dando claramente el resultado contrario, al menos en lo que a emoción y sentiment català se refiere, al que se supone que se busca, que es dar solución a este conflicto. Pero igualmente el empecinamiento en considerar todo lo que huela a España (y a los que nos sentimos españoles) como una amenaza de otras épocas pasadas me parece de un victimismo innecesario. España nos roba, España nos oprime, la Guardia Civil viene a provocarnos, a alterar nuestro movimiento pacífico, a recordarnos aquel tiempo oscuro que fue la dictadura. No, no puedo compartir la idea de que España es la mala y Catalunya la buena, ni viceversa. Es como si me preguntaran quién es mejor o si quiero más a papá o a mamá. Si los quiero a los dos, unidos, tranquilos, fortalecidos y en armonía, ¿qué gobierno está dispuesto a darme eso? ¿A representarme en mi elección? ¿A luchar por mi idea y la de tantos como yo? Somos muchos catalanes los que nos sentimos así pero nadie habla por ni de nosotros.

Yo no sé lo que hay que hacer, no me dedico a estos asuntos ni tengo el bagaje político necesario como para comenzar un debate más allá de lo doméstico. Pero sí tengo una opinión y sobre todo unos sentimientos, ya que aquí tanto se habla de eso, igual de válidos que los que tiene un independentista. Que yo no soy peor por ser y querer seguir siendo española en Catalunya, aunque tristemente a veces me dé esa sensación y no tenga licencia callejera para expresarlo. Pero esto, señores, es mi humilde opinión escrita en la libertad que me da poseer un blog con más o menos seguidores; algunos la compartirán y otros me dirán de todo, me intentarán hacer ver lo blanco negro, lo que no es y lo que no siento, pero qué le vamos a hacer. Lo más grave del asunto es que ninguno de los que nosotros como ciudadanos hemos escogido para representarnos sepa tampoco lo que hay que hacer más allá de tensar la cuerda, pisar el acelerador, arengar a las masas con eslóganes prefabricados y calentar, todavía más, el caldero de las emociones.

Por favor, que las amenazas no conjugan bien con la irresponsabilidad. Dialoguen.

Si te gusta, compártelo:

  • Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para enviar por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...
Autor Cristina CGPublicado el 28 septiembre, 2017Categorías CappuccinoEtiquetas cataluña,catalunya,ciudadanos,diálogo,españa,futuro,independencia,política,pueblo,referendum,spain,votar2 comentarios en Carta de una catalana no independentista

(De)formación periodista, me descubro según las circunstancias. Acumulo vivencias y archivo recuerdos. Tropiezo, caigo, escribo y me levanto. CRISTINA CG.

Follow CAFETERA Y MANTA on WordPress.com

Introduce tu email para seguirme y recibirás las nuevas publicaciones en tu correo electrónico. ¡Así de fácil!

Únete a 649 seguidores más

Los cafés más recientes

  • Peces en el mar 18 enero, 2021
  • ¿Gracias, 2020? 30 diciembre, 2020
  • Naufragio 11 diciembre, 2020
  • El viento de las castañas 26 noviembre, 2020
  • A son de mar 11 noviembre, 2020

variedades de café

para que no te pierdas nada

encuentra tu café

CAFETERA Y MANTA Blog de WordPress.com.
Cancelar
loading Cancelar
La entrada no fue enviada. ¡Comprueba tus direcciones de correo electrónico!
Error en la comprobación del correo electrónico. Por favor, vuelve a intentarlo
Lo sentimos, tu blog no puede compartir entradas por correo electrónico.
A %d blogueros les gusta esto: